
La hipoteca es un servicio popular cuyo sentido consiste en que el acreedor le concede al prestatario una cantidad de dinero determinada para adquirir el inmueble. En correspondencia con el contrato de hipoteca, el inmueble comprado se encuentra pignorado a la entidad financiera hasta que el préstamo y los intereses estén completamente liquidados. De este modo la persona que ha formalizado la hipoteca no tarda en solucionar los problemas de la vivienda.
¡Importante! Si el deudor se niega a pagar, el acreedor tiene derecho a usar los bienes hipotecados para compensar sus propios gastos.
Antes de formalizar la hipoteca, es necesario fijarse en una serie de detalles, a saber:
- importe del crédito;
- valor final del tipo de interés y de los puntos relacionados;
- gastos relacionados con la liquidación del préstamo, teniéndose en cuenta las comisiones;
- tasa anual eficaz;
- tipo de tasa de interés;
- plazo de concesión del préstamo;
- posibles riesgos: sanciones de multa por el prepago, etc.
Carácter específico de la hipoteca
En la mayoría de los casos, la hipoteca se formaliza con el propósito de adquirir inmuebles: parcelas, edificios residenciales, obras de construcción, etc.
Referencia. También se puede hipotecar un vehículo o una obra de arte.
Un rasgo importante de una hipoteca es que los bienes hipotecados continúan en posesión del prestatario.
Por ejemplo, el prestatario puede usar tranquilamente el piso pignorado en calidad de fianza sin tener que abandonar la vivienda.
Si el prestatario ha dejado de cumplir con sus obligaciones bajo el contrato, el acreedor tiene buenas razones para vender en subasta pública los bienes hipotecados del deudor. El beneficio percibido resarcirá las pérdidas sufridas por el acreedor.
Concepto de hipoteca
La inscripción de la hipoteca se lleva a cabo en el Registro de Tierra. Es una condición obligatoria con la que el contrato tiene valor para terceras personas. Los bienes adquiridos con el dinero prestado permanecerá en posesión del deudor mientras cumpla los términos del contrato. Si por alguna razón deja de pagar la cantidad establecida, el acreedor puede aprovechar los bienes del deudor y venderlos, resarciendo de este modo las pérdidas sufridas.
Referencia. El contrato de hipoteca celebrado tiene validez legal y se regula por la legislación.
¿Qué otra cosa hay que tener en cuenta antes de tomar una hipoteca?
Aspectos más importantes de la hipoteca:
- capital (cantidad prestada por el banco);
- interés (bonificación en forma de intereses que la entidad financiera percibe por el dinero concedido);
- plazo (intervalo temporal en el que el prestatario se compromete a liquidar la deuda en su totalidad).
Juicio de hipoteca: proceso en el que se pierden los bienes inmuebles. Antes de poner el procedimiento en marcha, el acreedor tiene la obligación de informar al prestatario sobre su intención de intervenir los bienes. En situaciones difíciles se puede pedir ayuda a la entidad que ha concedido el capital para solucionar el problema de la venta urgente de la vivienda.
Tipos de hipoteca
Las cartas de hipoteca se clasifican según varios criterios, a saber:
- tipo de interés;
- tipo de pago;
- tipo de bienes.
Hipoteca basada en el tipo de interés
- Fija. El tipo permanece invariable durante todo el periodo de pago de los bienes prestados.
- Variable. Los pagos mensuales varían en función del tipo de referencia de la hipoteca.
- Mixto. Un interés permanece invariable y el otro varía.
Según el tipo de pago
- Constante. La cuota se calcula anualmente o dos veces al año. En los primeros años, el interés es más alto; con el paso de los años, esta cuota disminuye.
- Reservada. El pago no varía durante todo el plazo por el que se ha concedido el crédito. Al cambiarse el tipo de interés, se cambia el plazo de la hipoteca, pero no el importe de los pagos obligatorios.
- Pago definitivo. El interés de la deuda sin liquidar se paga al efectuarse el último pago.
En función del cliente específico en el que se centre el acreedor
- Para los jóvenes. Destinado para los clientes que no han alcanzado los 35 años, aún no se tienen firmes en pie y no tienen un ingreso estable. Están interesados en un tipo de interés bajo y otras condiciones de excepción.
- Para los no residentes. Las personas que no tienen residencia fija en el territorio pero que desean adquirir inmuebles en México. El banco le impone al prestatario unos requisitos más estrictos. El tipo de interés para estos clientes suele superar el valor estándar.
- Para un colectivo determinado. Por ejemplo, para empleados de grandes empresas, funcionarios, personal de aviación, etc.
Según el tipo de inmuebles financiados
- Hipoteca de la vivienda perteneciente al banco. La organización financiera vende los bienes que han pasado a su gestión en subastas o bajo el contrato de cesión para liquidar la deuda de las personas que no han liquidado su préstamo.
- Hipoteca de inmuebles públicos y privados. El coste final de los bienes puede ser diferente al coste de mercado, ya que se pueden vender por el precio legal acordado.
- Hipoteca de inmuebles urbanos o rurales.
- Para adquirir unа parcela con el propósito de construir en ella un edificio residencial.
- Para comprar la primera vivienda.
- Para comprar la segunda vivienda.
Diferencias entre la hipoteca y el crédito común
A pesar de la similitud entre ambos conceptos, el crédito y la hipoteca no son idénticos.
Cualquier tipo de crédito supone una deuda ante la entidad financiera que es necesario cerrar. Los pagos obligatorios se deben efectuar de acuerdo con los términos del contrato de crédito, teniendo en cuenta los intereses.
¿Para qué es necesario un contrato de hipoteca?
El contrato de hipoteca es necesario para la cooperación posterior a largo plazo entre el prestatario y el acreedor. La existencia de los bienes hipotecados disminuye el riesgo del acreedor y facilita el proceso de entrega de la cantidad necesaria.
¡Importante! La ventaja de la hipoteca consiste en que los bienes adquiridos están en usufructo del prestatario. El acreedor corre el riesgo de que el precio de los inmuebles durante la crisis pueda ser insuficiente para cubrir la deuda del insolvente.