La inversión es una operación relacionada con la entrega de una parte de los recursos destinados para adquirir o crear unos activos o un capital. De este modo, esta operación no supone el gasto inmediato de los recursos para satisfacer las necesidades en el momento presente, sino conservarlos para satisfacer las necesidades en un periodo futuro. Esto hace que las inversiones estén mutuamente relacionadas con los ahorros, que también suponen el aplazamiento del consumo presente en beneficios del futuro.
Las inversiones son el factor clave del desarrollo económico y el motor del progreso. Supongamos que las inversiones no hubieran existido nunca: la humanidad no habría salido de las cuevas. El punto de partida hacia el progreso fue el momento en el que alguien tomó la decisión de no gastar lo que tenía entonces, sino guardarlo para formar un capital que le permitiera obtener una renta elevada más tarde.
Los objetos de inversión pueden ser de distintos tipos: objetos físicos, máquinas, aparatos, edificios industriales o residenciales, materias primas, productos destinados para la producción de otros bienes o productos financieros, tales como las acciones o las obligaciones, por ejemplo. En consecuencia, cuanto más invierte la población, más prospera y más se enriquece el país.
Tipos de inversiones
Las inversiones pueden clasificarse de distintas formas en función del punto de vista. No existe un índice determinado que las caracterice de forma inequívoca y definitiva; por tanto, tampoco hay una escala que muestre inequívocamente cuál es la mejor inversión de todas. Existen varias particularidades importantes que resultan útiles y eficaces en un contexto determinado.
En función del marco temporal
- a corto plazo: menos de un año.
- a medio plazo: de uno a tres años.
- a largo plazo: más de tres años.
En función del elemento en el que se invierte
- aparatos: tractores, robots, máquinas, envasadoras, etc.
- materias primas: metales, combustibles, minerales, cereales, productos alimenticios, etc.
- transportes: camiones, furgones, embarcaciones, vehículos, etc.
- edificios: oficinas, edificios industriales, centros comerciales, etc.
- inversiones en acciones de las compañías
- inversiones encaminadas a financiar las investigaciones de laboratorio y los proyectos avanzados (I+D).
En función del ámbito de aplicación
- actividad comercial, negocio.
- potencial humano, recursos humanos.
- finanzas, capital.
En función de la naturaleza del sujeto de inversión
- privado.
- público.
En función del destinatario
- individual.
- estándar.
Se trata de los principales tipos de inversiones, que son los más significativos. Pero también se pueden clasificar según otros valores menos relevantes que sólo tienen sentido si se usan con fines epistemológicos.
Principales características de las inversiones
Desde el punto de vista económico, las inversiones, al margen de su tipo, se caracterizan según tres factores básicos: rentabilidad, valor del riesgo y plazo. En este caso, es lo que obtiene el titular de las inversiones, lo que puede perder y el tiempo que le lleva.
- La rentabilidad es la parte de los recursos que se pueden obtener a raíz de las inversiones.
- El riesgo es un valor indefinido. Desde el punto de vista económico, no hay nada que pueda ser seguro al 100 %. En consecuencia, a la hora de invertir, se da la probabilidad de riesgo admisible en caso de que surja un imprevisto.
- El periodo o tiempo de inversión es la tercera característica básica. ¿Permitirá contabilizar los recursos invertidos la rentabilidad estimada en función de los marcos temporales establecidos? ¿Tendrá ventaja esta rentabilidad si se distribuye a los largo del tiempo?
¿Cómo se comparan los tipos de inversiones y cuáles son las ventajas que tienen unos frente a otros?
Es bastante difícil determinar qué inversiones son mejores o peores. Este índice depende en buena medida de las preferencias de un inversor concreto. A uno le parece buena la rentabilidad de un 50%, mientras que otro se conforma con tan solo un 10%. También se compara la tolerancia o la intolerancia del riesgo y la posibilidad de espera a largo o corto plazo.
Al mismo tiempo existen, no obstante, unos métodos determinados para comparar las inversiones en términos monetarios. Por ejemplo:
- la tasa interna de rentabilidad, TIR.
- el reembolso (pay-back).
- el valor actual neto (VAN).
- el descuento del dinero.
- la relación entre la rentabilidad y el riesgo.
- las razones financieras: ROI, PER o BPA.
Diferencias entre inversiones y ahorros
Se consideran inversiones las finanzas que se guardan hasta un momento determinado para tener la posibilidad de usarlos en el futuro. La renuncia a gastar estos recursos financieros en el momento presente y su traslado a un lugar seguro que no tenga riesgos y traiga un beneficio pequeño en forma de intereses. Guardar una parte de los fondos en la cuenta o el depósito bancario es una forma de ahorrar.
Las inversiones son los recursos que se pueden gastar en un momento dado. Pero invertir significa renunciar a consumir estos recursos en beneficio del periodo futuro en el que puedan traer una renta adicional. Al invertir el capital en un producto o activo financiero, el inversor espera obtener un beneficio. A diferencia de los ahorros, las inversiones suponen la existencia del riesgo de perder una parte de los recursos (fondos monetarios o su equivalente). Este riesgo se compensa con la cuantía del beneficio.
De este modo, se puede invertir en objetos totalmente distintos, desde las cosas materiales, como la educación, hasta los elementos financieros: acciones, obligaciones o fondos de inversión.