
La adquisición de una segunda residencia, a menos que tenga una gran cantidad de dinero ahorrado, implica la contratación de una hipoteca que eventualmente puede encarecer el préstamo que aún está vigente para la primera residencia.
Muchas personas prefieren pedir una hipoteca para una segunda vivienda. En general, los requisitos y términos de la hipoteca para una segunda vivienda, son diferentes de los que se aplican a la primera vivienda. A continuación, veremos cómo funciona la segunda hipoteca y en qué varía.
Cómo funciona una hipoteca para una Segunda Vivienda
Una hipoteca para una segunda vivienda, es una hipoteca que solicitamos para poder financiar una propiedad que no es nuestra residencia habitual, como por ejemplo una casa en la playa o en el campo. Por lo tanto, una hipoteca para una segunda vivienda no se refiere tanto a ser la segunda vez que pedimos un préstamo hipotecario, sino a la hipoteca que pedimos para una vivienda que no será nuestro lugar de residencia habitual.
Requisitos para la concesión de una Segunda Hipoteca
Los requisitos para conceder una hipoteca de Segunda Vivienda, tienden a ser más restrictivos que para la residencia habitual. Esto se debe principalmente a dos razones:
- Se consideran que son hipotecas de mayor riesgo, ya que en una situación económica difícil, la prioridad de pago siempre será la vivienda habitual.
- En muchos casos son viviendas en áreas con una menor demanda, lo que haría que fuese más difícil su venta en caso de ser necesario.
Aunque los requisitos en sí, son los mismos, lo que varía suele ser el mínimo requerido. Por lo general, cualquier hipoteca requiere ciertas garantías, como un trabajo estable con cierta antigüedad, unos ingresos mínimos y ahorros, estar al tanto de los pagos y no aparecer en ningún fichero de morosos y no tener altos niveles de deuda.
Como veremos más adelante, la cantidad máxima otorgada para las hipotecas de Segunda Vivienda, suele ser menor que para las primeras residencias. Como consecuencia, los ahorros necesarios para conceder una hipoteca para una Segunda Vivienda serán mayores, pudiendo alcanzar hasta el 50% de la cantidad.
Los ingresos necesarios también suelen ser más altos ya que, dado que se trata de préstamos de menos años, las cuotas mensuales son mayores que los de la residencia habitual o primera vivienda. Por otro lado, si ya se dispone de otra hipoteca, el riesgo aumentaría y, por lo tanto, los requisitos serán más estrictos nuevamente.
Condiciones de una hipoteca de Segunda Vivienda
Hay algunas diferencias entre los términos de las hipotecas consideradas de segunda vivienda, principalmente el porcentaje de financiación y los plazos. Aunque algunas entidades cambian la tasa de interés dependiendo de si es la primera o la segunda vivienda.
Reducción de la financiación para hipotecas de Segunda Vivienda
La primera gran diferencia la encontramos en el porcentaje máximo que se concede. Mientras que generalmente en una hipoteca para una primera vivienda se concede hasta el 80%, en el caso de una hipoteca para una segunda vivienda, este porcentaje generalmente se reduce al 60%. Como consecuencia, los ahorros necesarios para comprar una segunda vivienda son mayores.
Plazos de hipoteca más cortos para una Segunda Vivienda
La segunda diferencia más llamativa es el número de años durante los cuales se otorga un préstamo hipotecario. Muchas entidades reducen el plazo máximo a 20 o 25 años para los casos de segunda vivienda, aunque hay otros que aplican los mismos plazos, con independencia de si son primera o segunda vivienda.
Intereses más altos para una Segunda Vivienda
Como hemos dicho, algunas entidades pueden aplicar diferentes intereses sobre este tipo de hipotecas o incluir comisiones que no están previstas en las hipotecas para la primera vivienda.
¿Qué es una Segunda Vivienda?
Por definición, una segunda vivienda es una casa en la que normalmente no vivimos. Dependiendo del uso que le demos, podemos distinguir dos categorías:
- Uso festivo o casual. Con esta denominación nos referimos a apartamentos en la playa, casas en la montaña o cualquier otra propiedad de uso propio en la que normalmente no residimos.
- Producto de Inversión. Aquí clasificamos los inmuebles cuyo destino es que sean rentables, como el alquiler o la reventa.
Aunque en ambos casos es una segunda vivienda, esta distinción es relevante porque algunos bancos tienen hipotecas específicas para un propósito u otro.
¿Qué pasa si mi vivienda habitual está hipotecada?
Como hemos explicado, obtener una hipoteca para una segunda residencia es más fácil si el inmueble en el que vivimos, es de nuestra propiedad y no tiene ninguna carga. Pero, ¿y si nuestra residencia habitual tiene cargas? En estos casos tenemos tres opciones:
- Contratar una segunda hipoteca y pagar dos préstamos: por lo tanto, pagaremos dos pagos mensuales a la vez. Lo lógico es que tengamos la capacidad económica suficiente para hacer frente a los pagos, porque de lo contrario no obtendremos la aprobación de la hipoteca.
- Ampliar la hipoteca actual para comprar una segunda vivienda: esto consistirá en hacer una novación por el dinero suficiente para comprar una casa nueva y agregar esa propiedad como garantía de crédito adicional. Por lo tanto, solo pagaremos una tarifa.
- Solicitar una nueva hipoteca con dos garantías: también podríamos contratar una hipoteca que nos permita cancelar la existente y comprar otra vivienda.